Confesiones de un corrector de estilo

Soy Pablo Torres, estudié una mezcla de Literatura y Comunicación, un poco de lo mejor de ambos mundos que no se oponen en la práctica, pero sí en el autorreconocimiento.

Es que la Literatura está relacionada con la palabra; la Comunicación, con el mensaje. Mientras esta lleva a las dependencias públicas, aquella te dirige a lo profundo de los libros de quienes admiras -y de quienes no-.

Una salida profesional de la Literatura es la corrección de textos. Un oficio en las sombras que entre mejor sea hecho, menos se nota su obra. Un oficio que conjuga con el eslogan de la RAE: pule, saca brillo y da esplendor.

La corrección de estilo hace que los textos salgan limpios de errores, facilita la lectura y permite que el texto llegue de la forma más eficiente a su lector.

A lo largo de los años he tenido la oportunidad de corregir un sinfín de textos. A través de estos puedo conocer al autor mejor que cualquier persona, sé quienes son profundos, quienes dominan el tema, quienes intentan llenar las páginas con material que no aporta, incluso me doy cuenta cuando un texto fue escrito por varias manos. Es que el manejo de las palabras, el orden como las pone, la economía del mensaje, dicen más del autor que de la materia.

Por eso, en Clic Creativos siempre vamos a recomendar los servicios de un corrector de estilo, para que mime y acicale el texto y, cuando deba ver la luz, esté listo para el mundo exterior.